
El señor Henriksen, padre de cinco hijos, se ve volando de cabeza sobre el acantilado, mientras los espectadores miran horrorizados.
El presentador de televisión, quien filmaba la rutina para la cadena de televisión NRK, dijo que todo el mundo dejó escapar un gran suspiro.
El señor Henriksen estuvo a punto de caer contra las rocas del acantilado pero logró abrir su paracaídas.
Al parecer el gimnasta no le dio mucho importancia al asunto, pero cuando estaba jugando con sus hijos se dió cuenta de que pudieron haberse quedado sin padre, hasta entonces le cayó el veinte de lo cerca que estuvo de haber perdido la vida.
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