
En un gran centro comercial lleno de gente nadie se da cuenta que hay un niño pequeño que atraído por la curiosidad de las escaleras mecánicas se dispone a jugar subiéndose por el borde exterior de estas, según van avanzando, el niño coge cada vez mas altura hasta tal punto que si llegará a caer, la vida del niño podría correr peligro.
Menos mal que afortunadamente, un hombre que en ese momento justo entraba en la zona del centro comercial donde se encontraba el pequeño, se percató de la situación y corrió hacia donde estaba el niño, llegando en el momento preciso en el que el pequeño cae, dándole tiempo a agarrarlo, y salvándole la vida. Desde luego es cierto lo que dicen que los niños tienen un Ángel de la Guarda.
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