Las investigaciones sobre sexo de 2011 descubren algunos aspectos
sorprendentes
La ciencia también se preocupa por el sexo. Durante
el pasado año, numerosas investigaciones arrojaron luz sobre el mecanismo de la
que probablemente sea la necesidad física más compleja y con más implicaciones
de toda índole -sociales, emocionales, etc- del ser humano.
Cómo se produce el misterioso orgasmo femenino,
cuántas veces piensan los hombres en el sexo o cómo afectó al ser humano
moderno mantener relaciones con neandertales son algunos de los estudios más
sorprendentes. Estas son las diez investigaciones que nos han hecho pensar en
el sexo... de otra forma.
1- Tuvimos sexo con neandertales y nos vino bien:
Los seres humanos modernos y los neandertales
mantuvieron relaciones sexuales, unos encuentros que dejaron como fruto una
huella genética imborrable: el 2% del genoma de todos los homo sapiens del
planeta, con la excepción de los africanos. El cruce entre las dos especies
humanas inteligentes ya se conocía, pero lo que los científicos descubrieron el
pasado año es que ese intercambio de fluidos favoreció nuestra evolución y nos
hizo más fuertes. El sexo con neandertales y otros parientes cercanos - el
homínido de Denisova- introdujeron por primera vez en el genoma humano unas
formas de los genes HLA, famosos por su papel contra los patógenos, que reforzaron
nuestro sistema inmune. La revista Science ha considerado esta investigación
como una de las más importantes del año.
2- El orgasmo femenino, visto desde dentro:
En 2011, investigadores de la Universidad de
Rutgers (Estados Unidos) dieron un paso importante para esclarecer el misterio
del placer sexual femenino captando con imágenes de resonancia magnética lo que
ocurre en el interior del cerebro femenino cuando alcanza el orgasmo. Para
conseguirlo, una voluntaria se introdujo en el interior de un escáner y buscó
la estimulación en solitario. Las primeras caricias encienden solo una región
del córtex sensorial pero rápidamente las señales se extienden hacia el sistema
límbico, la zona vinculada a las emociones, el comportamiento y la memoria a largo
plazo. El cerebelo y el córtex frontal se iluminan en los segundos previos al
orgasmo. Cuando se alcanza el máximo placer, casi la totalidad del cerebro se
vuelve muy activa.
3- Los gemidos de ella son falsos:
Un nuevo estudio sobre conducta sexual realizado
por investigadores de la Universidad de Central Lancashire, en Gran Bretaña,
descubrió que más de un cuarto de las mujeres gimen habitualmente durante el
sexo, pero no por placer, sino para manipular a su pareja y hacerle creer que
ha alcanzado la cúspide sexual, con el fin de influir en la situación a su
beneficio. La investigación dará qué pensar a los hombres.
4- Preferencia por los rostros muy masculinos:
Las mujeres que se encuentran en la fase más fértil
del ciclo se muestran irremediablemente atraídas por los hombres de aspecto muy
masculino, tipo George Clooney. La seducción que producen una mandíbula
pronunciada, unos rasgos marcados y una frente bien definida es irresistible
durante la ovulación, según un estudio realizado por investigadores de las
universidades de Nuevo México y Colorado en Boulder (EE.UU.). Es más, los
científicos dicen que las mujeres cuyas parejas no tienen estos rasgos, se
dedicarán durante esos días a fantasear con hombres que sí los luzcan.
5- Los hombres solo piensan en sexo 19 veces al día:
Puede ser el fin de un estereotipo. Un grupo de
investigadores de la Universidad Estatal de Ohio acabó con la idea persistente
de que los varones piensan en algo relacionado con el sexo una vez cada siete
segundos, lo cual equivaldría a hacerlo unas 8.000 veces al día durante las 16
horas en las que no están dormidos. El estudio, sin embargo, demuestra que los
hombres, como media, piensan en cuestiones relacionadas con el sexo «solo» unas
19 veces al día, mientras que las mujeres lo hacen unas 10 veces.
6- ¿Dónde se enciende la mecha de la pasión?:
La misma mecha que enciende una agresión puede
desencadenar también una ardiente actividad sexual. Científicos de varios
centros estadounidenses han identificado el nexo entre el sexo y la violencia,
la explicación biológica de por qué comportamientos sociales en teoría tan
opuestos son, en realidad, tan cercanos. La clave la tiene una red neuronal que
se localiza en una zona del hipotálamo. Aunque el estudio solo se ha hecho con estos
animales de laboratorio, los investigadores sugieren que su hallazgo ayudará a
explicar la relación entre sexo y violencia, tan presente en el comportamiento
humano.
7- Lo escarabajos que se aparean con botellas de cerveza:
Es sexo animal, pero también es sexo. Es absurda y
se ganó el premio IgNobel a la investigación más disparatada del año, pero
también es ciencia. Daryll Gwynne y David Rentz recogieron en 2011 el Ig de
Biología por descubrir que ciertos tipos de escarabajos tratan de aparearse con
ciertos tipos de botellas de cerveza australiana.
8- Sexo de hace 40 millones de años, pillado en el acto:
Una pequeña pareja de ácaros demuestra que en el
juego del apareamiento no siempre han dominado los machos. Los «Romeo y
Julieta» de la especie extinta Glaesacarus rhombeus, atrapados en ámbar hace 40
millones de años en el Báltico, suponen la evidencia de que, al menos en un
época tan remota, los roles sexuales tradicionales estaban invertidos, y que
eran las hembras las que tenían las características físicas necesarias para
poder controlar todo el proceso amoroso. Ellas decidían dónde y cómo gracias a
un pequeña almohadilla que les permitía aferrarse al cuerpo de sus compañeros.
9- El calamar bisexual de las profundidades:
Una investigación descubrió un extraño
comportamiento en la vida sexual de unos misteriosos calamares que viven en las
profundidades de los océanos, a unos 600 metros bajo las aguas. Los machos de
esta especie, la Octopoteuthis deletron, se aparean indiscriminadamente tanto
con otros machos como con hembras. Los científicos creen que la diferencia
entre sexos es tan pequeña, los encuentros tan escasos y hay tan poca luz en su
entorno que los calamares no se dan cuenta o no les importa que su pareja tenga
su mismo sexo o no. Todo sea por garantizarse, a la desesperada, una
oportunidad para procrear.
10- La bisexualidad masculina existe:
Así lo confirma un particular estudio científico
hecho público en agosto por investigadores de la Universidad Northwestern en
Chicago (EE.UU.), que ha encontrado evidencias de que algunos hombres se
sienten sexualmente atraídos tanto por mujeres como por varones. La
investigación, publicada en la revista Biological Psycology, desdice otro
polémico estudio realizado en 2005, también por investigadores de Northwestern,
que ponía en duda la existencia real de la bisexualidad masculina.
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